
La primera visión de Félix Navarro de un ángel fue cuando tenía 10 años de edad, cuando Lizzy Baker le ofreció un pequeño gesto de bondad insignificante.
Plagado con mala suerte y un horrible temperamento, Félix intenta darle sentido al mal trato que le dieron. Nunca sabe dar marcha atrás en una pelea; sin embargo, Félix descubre que su pelea más importante es la que tiene cuando está luchando por alguien más. Aprende que Crecer Fuerte no significa que tengas que hacerlo solo.
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